
Asistimos a la última fecha del año 2010, del maravilloso Coral Femenino de San Justo.
Se presentaron en la Iglesia Santa Catalina de Siena, en el microcentro porteño (Bs As, Argentina)
La interpretación de cada una de las obras transmitió
sentimientos profundos, el clima era tan recogido y místico que algunas personas del público no pudieron contener las lágrimas, o quizá se permitieron expresar de este modo el gran goce que estábamos viviendo.
Guiadas por su gran Director, el M° Saccente, las integrantes del coro dieron muestra una vez más de su preparación y ductilidad.
Unas palabras sobre la Iglesia:

Características arquitectónicas
La Iglesia:
El frente original del templo presentaba características típicas del estilo de Bianchi: composición dividida en dos niveles, orden monumental, un ancho basamento, vanos superpuestos enmarcados por cuatro pilastras, todo coronado por un frontón partido. Posteriores reformas modificaron el aspecto de la fachada y el interior del templo.
Con escala correspondiente a una capilla de convento, la iglesia, de planta de cruz latina con una nave central, está compuesta por nártex, tres capillas a cada lado de escasa profundidad, y un crucero sin ábside. La nave está cubierta por bóveda de cañón corrido con lunetas para las ventanas, y una cúpula con linterna cubre la zona del crucero.
A la izquierda del presbiterio, comunicado por una abertura de medio punto con una gran reja del siglo XVIII, se encuentra el Coro bajo. Es un amplio salón rectangular, abovedado en cañón corrido con lunetos. El espacio existente entre el coro bajo y el presbiterio está decorado con unos antiguos azulejos portugueses del siglo XVIII, que representan imágenes de santos, y el perímetro del salón con cerámicos azules y blancos franceses del siglo XIX.
El coro alto, ubicado sobre el nártex, consta de galerías perimetrales que se comunican con la iglesia a través de pequeños óculos, que permitían a las monjas participar de las ceremonias religiosas sin ser vistas. Una gran reja de madera tallada del siglo XVIII adorna el vano del Coro alto.
El retablo mayor, ca. 1776, es de madera tallada, dorada y policromada, con una altura máxima de 12 mts. y un ancho de 8,45 mts. Su autor fue don Isidro Lorea, tallista español, responsable también de los altares mayores de la Catedral y de San Ignacio. Su estilo es una síntesis del barroco, el rococó y el neoclásico.
En 1910 se modificó el interior del templo, se agregaron ocho vitraux y se ubicó la imagen de Santa Catalina de Siena en la fachada. Luego en 1964, la orden dominicana emprendió la restauración procurando devolverle la apariencia del siglo XVIII.
La iglesia fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1942.
Con escala correspondiente a una capilla de convento, la iglesia, de planta de cruz latina con una nave central, está compuesta por nártex, tres capillas a cada lado de escasa profundidad, y un crucero sin ábside. La nave está cubierta por bóveda de cañón corrido con lunetas para las ventanas, y una cúpula con linterna cubre la zona del crucero.
A la izquierda del presbiterio, comunicado por una abertura de medio punto con una gran reja del siglo XVIII, se encuentra el Coro bajo. Es un amplio salón rectangular, abovedado en cañón corrido con lunetos. El espacio existente entre el coro bajo y el presbiterio está decorado con unos antiguos azulejos portugueses del siglo XVIII, que representan imágenes de santos, y el perímetro del salón con cerámicos azules y blancos franceses del siglo XIX.
El coro alto, ubicado sobre el nártex, consta de galerías perimetrales que se comunican con la iglesia a través de pequeños óculos, que permitían a las monjas participar de las ceremonias religiosas sin ser vistas. Una gran reja de madera tallada del siglo XVIII adorna el vano del Coro alto.
El retablo mayor, ca. 1776, es de madera tallada, dorada y policromada, con una altura máxima de 12 mts. y un ancho de 8,45 mts. Su autor fue don Isidro Lorea, tallista español, responsable también de los altares mayores de la Catedral y de San Ignacio. Su estilo es una síntesis del barroco, el rococó y el neoclásico.
En 1910 se modificó el interior del templo, se agregaron ocho vitraux y se ubicó la imagen de Santa Catalina de Siena en la fachada. Luego en 1964, la orden dominicana emprendió la restauración procurando devolverle la apariencia del siglo XVIII.
La iglesia fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1942.
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